domingo, 13 de octubre de 2019

Mujer, casos de la vida real # 5: Cambios


Sé que no he estado escribiendo por un tiempo, y es que si he estado escribiendo pero más de uso personal, terapéutico. A mí me gusta escribir, siempre lo he hecho, desde chica tenia cuadernos donde escribía cosas o pensamientos y aprendí que de esa forma logro entender muchas cosas y sacar de mi muchos temas que no siempre son fáciles de hacer.

Pero es cierto, no he estado publicando cosas, porque originalmente la idea de este blog era poner cosas amenas que me pasan en el día a día en esta nueva aventura, pero los últimos meses han sido muy difíciles. Mi momento de bajona por cumplir 32 terminó siendo un aviso de algo que no estaba funcionando bien en mí.

Pues, digamos de forma sencilla, que este año que vivo fuera de casa me ha tocado darme cuenta de muchas cosas buenas, pero también de muchas cosas malas que, durante mi crecimiento, me afectaron muchísimo y nunca tuve las agallas para verlas. Este año no me quedó de otra y tuve que afrontarlas. También me pude dar cuenta de algunas cosas sobre ciertas personas que yo consideraba cercanas a mí y todo eso generó en mí una inestabilidad grande. Motivo por el cual decidí sacar cita con mi psiquiatra para que me ayude a revisar si lo que estaba haciendo estaba bien o si ya necesitaba algo de ayuda para estabilizarme.


Un día antes de mi cita, explota un tema laboral en la oficina por lo cual nos vemos obligados a cerrar la oficina y ajustar todo. Ha sido algo muy doloroso, ha sido como terminar una relación de 15 años. Fuera de que era donde todos en mi familia trabajábamos, tuvimos que dejar ir gente que nos importa muchísimo y que simplemente no queríamos dejar de ver. Todo esto lo vio mi hija directamente. Despedirnos de las personas, que ellos se vayan llorando, nosotros también llorar. Ver gente que iba a ver nuestros muebles para llevárselos, sentíamos que estaban despedazando por partes a una mascota nuestra. Fue muy feo y muy doloroso. Y si a mí me afecto, obviamente a mi hija le afecto mucho más.

Por otro lado, pues ver nuestro ingreso familiar reducido. Teníamos que ajustar el presupuesto muchísimo. Felizmente, lo hemos podido solucionar, con ayuda de muchas personas. Y hemos conseguido apoyo emocional de muchas otras personas que saben que es un momento terrible para nosotros y que necesitamos dicha ayuda. Fui a la cita del psiquiatra y empecé a tomar antidepresivos. Lo cual me ha ayudado muchísimo. Mi novio también ha sido un super soporte para ayudarme a no derrumbarme.


Entonces he empezado a ver las cosas de una manera positiva. Todo el año me he quejado que me daba pena no darle a mi hija las tardes que se merece, que llegue a casa, que coma en plato y no en tapper, que la pueda ayudar en sus tareas, que se pueda bañar temprano, estar ahí para ella. Pues ahora, se puede. Todo el año he pedido tiempo para poder sacar un proyecto que estoy armando para el próximo año, tiempo para mí, para pensar, para arreglar mis temas, para trabajar en mi, para llevar un par de cursos. Pues ahora, puedo. Todo el año he sentido que no me alcanzaba el tiempo para las cosas de la casa y que muchas veces fallaba por no hacerlas cuando yo misma me proponía hacerlas. Pues, ya hay ese tiempo. Sigo trabajando en esos temas importantes que debo resolver y mi relación con mi hija ha mejorado increíblemente. Sin embargo, al verla triste porque venía su cumple y no íbamos a poder darle un regalo o festejo, mi hermana decidió mandarme un poquito de plata y me dijo “haz lo que mejor puedas, pero dale una sorpresa a la pequeña, ella no tiene la culpa de nada y se merece algo especial.”

Así que durante: actuaciones por la primavera, cierre de bimestre en el nido, repaso de exámenes de bimestre, actividades escolares, aniversario con mi novio, el cumpleaños de mi novio, almuerzos familiares, celebración en casa, cierre de oficina, tramites del proyecto, una deliciosa rinitis aguda que duró dos meses, hacer el mercado, limpiar la casa, cumpleaños de mi sobrino, cumpleaños de mi cuñada, con el cumpleaños de mi hija cerca, decidí hacerle una fiesta sorpresa y me puse a hacer todo 3 semanas antes de dicha fecha.


Todo esto obviamente mientras sigo yendo al psicólogo, psiquiatra, trabajando en mí y en lo que pasaba, descubriendo cosas nuevas y tratando de seguir adelante. El cumpleaños salió lindo. La mocosa empezó a sospechar, tuve que pedirle a gente que la despistara, que me mandaran audios agradeciendo por ciertas manualidades que hice para ellos, cuando no era para ellos. Fue todo un tema, pero estuvo lindo y le encantó. Todo valió la pena. Sobretodo terminar con la deliciosa sinusitis que me llevó a cama los últimos días de vacaciones, que no voy a decir que no han estado deliciosos.






Y mañana empezamos el cuarto bimestre, super listos y con ánimos para terminar este año escolar con todo, tanto ella como yo. Debo admitir que esta etapa es la que más me gusta del año: Halloween y Navidad.

Por cierto, deseo el libro de reclamaciones de esta gente que nos mintió sobre lo genial que era ser adulto.