Creciendo, yo sólo necesitaba una buena amiga para que todo estuviera en paz. Felizmente, siempre tuve una buena, muy buena amiga, a mi lado apoyándome en todo. De acuerdo a la etapa de mi vida, esa mejor amiga podía cambiar, pero siempre han sido las mejores. También tengo otras que nunca fueron cambiadas y que, a pesar de todo en la vida, siguen estando ahí. Con ellas siempre vamos a todos lados, nos juntamos lo más seguido que se puede, a pesar de tener cada una su vida, ya no tenemos 15. No me puedo quejar, estoy rodeada de las mejores amigas que una puede conseguir.
Sin embargo, paralelo a eso, siempre he tenido un amigo hombre, un mejor amigo hombre. Esos son… otro tema. Son constantes y te escriben seguido… pero mientras te necesitan. Necesitan saber de tí durante todo el día… pero solo porque no quieren estar solos. Están llamándote todo el tiempo… pero solo si están solos. Quieren pasar tiempo contigo… pero solo si es en una casa y no en público. Te dejan de hablar si empiezan con alguna chica, pero no te preocupes, porque cuando terminan regresan corriendo. La tristeza es que yo los acepto cuando regresan. Y es ahí donde me toca aceptar que soy la amiga escondida.
Ya no puedo contar la cantidad de amigos de ese tipo que he tenido en mi vida. Desde los que chateaban full por MSN y luego ignoraban en vivo. Pasando por lo que mandaban mensajes de texto, pero en la calle no te saludaban por estar con la novia. Terminando por los que te saludan con la mano nivel hormiga para que la novia no vea y aprovecha algún momento para escaparse y saludarte sin que ninguno se meta en problemas.
Porque aparentemente, sería un problema muy grande si la pareja se enteraba que todavía conversábamos. Siempre el: “tenemos que dejar de conversar porque a mi nueva enamorada le parece mal que conversemos”. Una vez me llamó el mejor amigo de turno, para decirme que “debíamos terminar la amistad formalmente” cuando yo sabía que estaba en altavoz con la niña al costado. A lo que yo me defendí “No sé de qué amistad me hablas, tenemos dos años sin conversar. Esa ya no existe. Me escribiste ayer porque te enteraste que estaba en la clínica, eso fue todo. Ya no me vuelvas a escribir por favor”
Pero que quede claro que,
1. Yo no llamo amigo a cualquiera, estas personas dedicaron tiempo y esfuerzo en convertirse en mis amigos.
2. Valoro tanto la palabra “amigo”, que literal, se convierte en una amistad al 100%, nada de aguas turbias. Una vez en el Friendzone, a ver quién te saca.
Y creo que esa última parte es la que las novias no quieren ver. Ni un medio intento de conocerme. Pero, amiga, entiéndeme, si yo sintiera algo más que una amistad, no sería su amiga. Si yo quisiera una relación, tu no existirías en pantalla. Yo no soy una amenaza, al contrario, si me tienes de tu lado, tienes la sartén por el mango. Por el contrario cuando yo empezaba una relación, ellos eran los primeros a los que presentaba a ver qué opinaban. Diferente approach, una misma situación.
Siempre la misma situación, a veces diferente amigo, muchas veces diferente novia. Y es que cuando una es amiga de una persona por más de un año, por lo menos le has conocido una novia por año. Si estamos hablando de una amistad de 10 años, te imaginarás que las novias van y vienen pero la constante es la amiga incondicional. A la que dejan de lado cada vez que les da la gana, y como estúpida regresa a ser amiga cuando regresan. Ahí estamos.
Pero, ¿qué y si algo pasa y ese amigo simplemente desaparece? ¿Qué si la amistad nunca fue pública pero algo le pasa a ese amigo y tú no tienes como preguntar o averigüar qué le pasó? ¿Qué si los últimos 5 años has estado hablando on/off con esta persona por sus relaciones, pero desde los últimos 2 años ha sido diario, pero nadie sabe que conversan? ¿Cómo declarar tus derechos de “familia y amigos cercanos”, si nadie sabe que son amigos cercanos? ¿Qué si no viste nada malo en las videollamadas diarias y de la nada esa persona ya no está? ¿Qué si las respuestas que la gente te da, no te satisfacen porque no es lo que tú has visto personalmente los últimos dos años?
¿Qué si justamente discutiste dos semanas antes y por orgullosa no le escribiste en sus
últimas dos semanas de vida? ¿Qué si por engreída perdiste la oportunidad de despedirte de tu incondicional de los últimos años?...
¿Habrá tenido oportunidad de despedirse y decidió no hacerlo?
Me prometo a mí misma no volver a caer en ser La Amiga Escondida.
Quien no te adora en público, no te adora en secreto.
Porque ya hay demasiadas heridas sin cerrar y uno así no puede vivir en paz.