miércoles, 15 de enero de 2020

Mujer casos de la vida real # 5: La playa

Tengo muchos recuerdos divertidos en la playa de cuando era chibola. Me encantaba! El sol era mi amigo, la piscina mi entretenimiento, ni qué decir de las empanadas y las salchipapas. Siempre pensaba que al ser grande, ir a la playa significaría: estar alejada de la gente, mi sombrilla, mi libro, mi chela y una deliciosa empanada árabe de la Verito.



Vale la pena soñar…

Cuando crecí, me volví la esclava de mi hija. Levántate a las 7 am, barre, preparar el almuerzo para que quede listo, toma desayuno, una enjuagada en la ducha y ponerme ropa de baño. Todo eso en una hora y media. Despierta a la escuincla, que se enjuague ella, que tome desa, que se ponga ropa de baño… embarrarnos con el bloqueador, armar loncheras, vestirnos, salir corriendo xq llegamos tarde a las clases. En las buenas épocas ya con carro, todo fresh. En las malas épocas caminar 15 minutos, sudando el bloqueador, hasta llegar a las clases. Primero natación, correr a cambiarla y llenarla de bloqueador de nuevo, clases de pintura. Todo, para que luego se meta a la piscina de nuevo. Tres horas después, entre salidas a comer y tomar sol y meterse de nuevo, vaya ud. a cambiarla de nuevo y ponerle bloqueador, para sentarme en la arena 2 horas más mientras ella juega. Mirando la portada de mi libro sin poder darle una ojeada. Llegar a la casa 4 pm para almorzar, bañarnos y vestirnos porque ya hizo planes para la tarde, llenarnos de repelente y salir corriendo a alguna casa y  luego al parque. Llegar a casa como a las 10 pm destruida, a que coma algo, se acueste y poder leer 30 min antes de caer muerta y que el nuevo día empiece de nuevo.  ES UN ABUSO.



Pero verla feliz, jugando, corriendo, riendo, valía todo el esfuerzo. Benditos 10 años y el mal humor pre púber de los niños, ahora todo es discusión. Lo positivo, es que ya no quiere clases, entonces tomamos las cosas con calma, no hay horarios y la verdad… es que me ENCANTA!

Pero he vivido situaciones divertidas en la playa:

  • La única vez que vine con nana, tuve un día en que no quería salir de la casa, estaba con la regla y me provocó descansar, así que las mande solas al club. Ellas se fueron felices, yo las despedí desde la puerta muy animada. Cuando me senté en mi cama sentí un dolor intenso en la pierna izquierda. Al despedirlas, una avispa se posó en mi short de pijama animal print, por lo que no la vi, y al sentarme me picó. Tuve que ir al tópico del club a que me arreglen la pierna porque era una pelota y me ardía. No volví a escapar de mis responsabilidades.
  • Cuando la enana tenía 3 meses, terminé en Mollendo haciéndome ecografías por los intensos dolores que tenía. Bienvenidos los cálculos a mi vida. Los únicos cálculos sobresalientes que hago, son los renales. Malogré Caperos para mis amigas, que venían ya con disfraces hechos.
  • Una vez fui a una fiesta con un vestido que no era mío y me costaba ponérmelo. Al ir al baño, intenté subirlo y no podía, y me iba a caer para la izquierda, para evitarlo puse mi codo contra la pared. Al día siguiente crecía en mi codo una bola negra y caliente. Se había derramado el líquido. Terminé en la emergencia con el doctor drenando el líquido de mi codo con una súper aguja.
  • Cuando tenía 15 e intentaba verme como una persona normal, me compre unas sandalias con plataforma (muy de moda en esa época), sin embargo, me metía un hueco y terminé con yeso, sin poder bajar más a la playa.
  • Incontables insoladas! Como cuando mi amiga C me puso bloqueador en la parte de atrás de mi cuerpo, como si fuera un pollo listo para el horno y nos quedamos dormidas. Pasé toda la tarde y noche boca abajo en la cama llena de rodajas de tomate tratando de bajar la quemadura. Felizmente me quemé con short, por lo que pude viajar sentada de regreso al día siguiente. Otra vez, mi amiga V me puso bronceador, porque debía enseñarme “cómo se hacía” y no pude ponerme sostén durante 3 días. La más especial terminé con quemadura bien pendeja. Al bajar mis piernas para ir al baño, sentía que ponía los pies en ollas de agua hirviendo, y tenía que regresar a cama al toque, porque ardía demasiado. Un mes después, aun sin poder usar jean o zapatillas, una de mis piernas se ponía azul si la mantenía más de 20 minutos hacia abajo.
  • Una vez, a los 16, me arrastraron al Charquito. El hermoso Charco, es un hueco en la pista de arena donde ponen de todo, pila, vomito, trago, huevos, etc. Y los chicos te cargaban de cada extremidad y te ponían como pollo a la brasa y te remojaban por cada uno de tus 4 lados, no sé cuantas veces me bañe después de esa hermosa experiencia.
  • Aprendí que cuando uno hace fogatas debe llevar pareos (especiales porque siempre terminan quemándose algunas partes) porque los hermosos chililis te pican y se meten dentro del pantalón. También aprendí que no se debe acercar cangrejos a la fogata, porque deciden ir “hacia la luz” y terminan carbón. Es impactante, pero lo peor fue explicarle a los 3 niños observando la situación, porqué el cangrejo se había “insolado”.
  • Aprendí que el juego de los limones no funciona conmigo, pero que me encanta la sandía borracha.
  • Una vez vinieron unas amigas a las 10 pm, me encontraron en pijama, me obligaron a vestirme y tomar “un trago” que trajeron. 7 am, terminamos mirando el amanecer en Tiro Alto, el cual no se vio porque estaba nublado. Luego, tuve que llevar a todas a sus casas, con carro ajeno, y regresarlo a mi casa. Vinieron por él mas tarde. Ya que era la única que había dejado de tomar 3 horas antes y podía manejar.
  • Hay que tener cuidado con la piscina y los pies delicados. Como soy algo enferma con que mi hija ande sin zapatos, sus pies son muy sensibles y no vienen a la playa preparados para la arena caliente. La pequeña caminó por la playa en hora punta, entró a jugar a la piscina y luego regresamos a la arena caliente. La pobre generó ampollas que solas reventaron y tuvo quemaduras, por lo que tuvo que estar en reposo 3 días con cremas y los pies vendados.
  • Como la vez que tuve que abrirle la puerta a mi amiga E temprano en la mañana porque ella “no encontraba su llave” y era porque tenía el vestido al revés.
  • Como cuando mi mejor amigo vino a pasar una temporada a mi casa y cuando ya se iba a ir, tuvimos que ir a Mollendo a comprar todo lo que se había roto o malogrado en la casa para dejarla como la dejaron mis papás. – P, Tus amigos son unos borrachos malcriados jajajaja. –
  • Como cuando mi amiga V se la pasó huyendo de un brother, tirando sus cosas – que después tuvimos que buscar – porque ella no quería nada con él. Y al día siguiente nos enteramos que nuestra amiga A, había estado con el después.
  • Como cuando en Caperos me lancé – con algo de tragos – encima de mi amiga V pero la buena se movió dos pasos y me fui de cabeza al pasto. Obviamente no sentí nada, pero al abrir los ojos habían varias cabezas, incluyendo la de mi hermano, preguntando si estaba bien. Me levanté y seguí juergueando. Por algún motivo terminé vendada las dos rodillas y los dos tobillos.
  • Como cuando al terminar una fiesta en la que 3 hermanos, en diferentes momentos, a los que nunca vi juntos en toda la noche, se acercaron a decirme el mismo floro y entonces comprendí que eran familia.
  • Como cuando al salir de la fiesta casi de día, deciden empujar gente a la piscina y regresas empapada a casa. 


Uff! Entre esas hay miles más, creo que debo hacer memoria para recordar algunas otras y compartirlas también. Hay varias que no debería publicar, ya que puede poner en problemas a varias personas jajajajajaja.



Un beso enorme y buen verano!

sábado, 4 de enero de 2020

Quitando máscaras # 3: Adiós 2019… Bienvenido 2020.



El año que acaba de terminar, ha sido muy complicado y, de lejos, un año lleno de emociones y nuevas experiencias. El 4 de enero del 2019 fue el primer día que dormí en otra casa, sin mis papás. Recuerdo haber estado muy emocionada y feliz: por fin iniciaba algo mío.


Tuve un delicioso mes de enero, en el cual estaban todos de vacaciones, full amor, full alegría, full todo. Febrero fue rico también, ya él trabajaba y mi hija y yo podíamos estar más tiempo a solas y juntas.


En marzo ella regresó al cole y me costó full, con ambos fuera de casa gran parte del día, me empecé a sentir sola. En abril entré en crisis: dos trabajos + mi hija + mi pareja + mi tesis + las cosas de la casa. Por más que yo sentía que me explicaba, creo que no lograba que el resto en casa me entendiera de la forma que yo quería. Esperaba que siguieran ayudando como lo hacían de vacaciones ya que yo también paraba afuera todo el día, sin embargo, yo sí llegaba a hacer las cosas de la casa, pero no fue así.



En mayo, todo se empezó a enfriar, las discusiones simplemente saltaban y yo me sentía muy incomprendida. Pero logramos estar tranquilos hasta agosto: mi relación entró en una crisis bien jodida, me di cuenta que estaba con depresión y que estaba recibiendo ayuda tarde, nos anularon el contrato en la empresa familiar (no solo nos fregó económicamente, sino también emocionalmente). 


En octubre, mi pareja perdió su trabajo por estúpidos rumores (me controlo para no escribir nada sobre esto, porque no me compete) pero no tenían mucho sentido, tuvimos un par de semanas en las que nos volvimos a reconectar, y en eso, en noviembre: necesito irme de casa. El decidió que se iba, y el día de su mudanza, me despiden de mi otro trabajo.

                                                     foto tomada de pinterest! Pin de Choko en graffittis 

Me quedé sola, me sentí abandonada, deprimida, perdida, con un negocio en manos que no sabía (y hasta ahora no se) como sacar adelante. El 2019 empezó con el pico más grande de felicidad que he tenido en mi vida, después del nacimiento de mi hija, sin embargo, se fue yendo en picada hasta dejarme hecha nada. Aún con antidepresivos, me cuesta mucho levantarme de mi cama y hacer cosas (aunque las hago y con una buena disposición), me está costando dormir (aún tomando clonazepam), tengo pesadillas y siento constantemente dolor.

FELIZ NAVIDAD! Jajajajaja

Hoy celebro un año de haberme mudado y me siento un poco más tranquila. Sí, se fue de casa, la segunda persona que más amo se fue de casa, pero en el fondo sé que fue lo mejor que se pudo hacer. Sí, me quede sin ambos trabajos pero sigo de pie y con nuevos proyectos para este 2020. Sí, muchos amigos se alejaron, pero muchos otros que perdí en el camino regresaron y lo valen todo. También adquirí algunos nuevos amigos que me alegran los días. (Gracias de todo corazón para todos ustedes). Sí, me siento sola muchas veces, pero sé que no lo estoy. Sí, lo perdí casi todo, pero ahora toca subir y regresar a donde estaba y, quizás, más arriba todavía. Sí, me tumbaron y destruyeron este año con rumores, pero al final son solo eso: rumores, sigo acá y con la cabeza en alto. Sí, me faltaba amor, pero ya no más.




A veces, lo único que necesitamos es perspectiva. Y como soy una enferma con mis sobres y mis temas de plata, algunos ahorritos para vivir estos meses.

Empiezo este 2020 más acompañada que nunca, con mucho amor, habiéndome hecho una limpia (uno nunca sabe), leyendo mis novelas romanticonas, cojudas y “mal escritas”, escuchando la peor música del mundo: reguetón, pero con muchas risas y buenos momentos.


Estoy segura que este 2020 será alucinante y me irá de ptm, simplemente porque yo lo he decidido y lo mejor de todo, con mucha paz en mi vida.

Feliz 2020 gente hermosa! Los quiero!

Ah! Y con el compromiso de publicar cada 15 días, así sean tonteras.