lunes, 19 de agosto de 2019

Mujer, casos de la vida real # 3: El tinte


Casi toda mi infancia he usado el mismo corte de pelo, porque todavía dependía de los cuidados de mi madre para poder estar lista, por lo que usé este peinado hasta los 11 años.


Pero desde los 14, mi mamá me ha motivado a hacerme cosas novedosas en la cabeza. He pasado por todos los looks q puedes imaginar. El siguiente collage tiene de todo un poco, de arriba hacia abajo encuentras: 3ro y 4to de secundaria, primer y segundo año de universidad, 5to de secundaria y primer año de universidad.


 Por favor ignorar mis caras de mensa de algunas fotos, en esa época todavía usábamos cámaras analógicas y no podíamos borrar las fotos que no nos gustaban: la que salía, era. –

Y así he pasado de pelo larguísimo a corto, a raya al medio a la derecha, cerquillo, a dos portes a todo recto. He tenido el pelo negro, negro azulado, negro rojizo, marrón con iluminación, rayitos. Me hice balayage y lo pinté azul, que pasó por turquesa y terminó en rubio decolorado.

Me encanta ponerme los tintes yo misma. La semana pasada me tocó pintarme de nuevo y escogí un castaño porque no había chocolate. Así que me compré mi cajita hermosa y decidí pintarme en la casa antes de salir. Para mí es todo un trámite, acomodo las cosas que voy a usar, me quito los aretes, me pongo un polo de pijama que puedo ensuciar, me pongo cremita en las orejas y el borde de la cara para que no se tiña y empiezo.


Siempre leo las instrucciones, no vaya a ser que haya cambiado en tres meses. Esta vez, me distraje y me olvidé que tenía que destapar primero el pote de crema antes de sacarle la tapita, lo delicioso fue destaparla con la boca y que entre un chorro del asqueroso sabor del tinte a la boca.


Mezclé todo y empecé a colocar en las raíces. Luego lo dejé el tiempo que salía en el papel y me coloqué el resto en el resto del pelo.


Y lo dejé el resto del tiempo que debía dejarlo. Lo que más me gusta es saber que lo hice yo y que quedó bien y si no lo hizo pues no me importa. Me encanta terminar y revisar todo lo que he ensuciado y limpiarlo antes de que se manche por siempre. Me encanta esperar con el gancho en la cabeza y poner el tiempo en el celular para que no se exceda. Me encanta meterme a la ducha y ver como sale el tinte con el shampoo y el recondicionador. – No se si deba hacer eso o no, pero no me importa. 


Pero lo que más me encanta es el olor a tinte que dura unos días. 

Lo sé, buenas noches me llamo Bela y soy adicta al olor del tinte. 

Lamentablemente, solo me pinto dos o máximo tres veces al año. 

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