Casi toda mi infancia he usado el mismo corte
de pelo, porque todavía dependía de los cuidados de mi madre para poder estar
lista, por lo que usé este peinado hasta los 11 años.
Pero desde los 14, mi mamá me ha motivado a
hacerme cosas novedosas en la cabeza. He pasado por todos los looks q puedes
imaginar. El siguiente collage tiene de todo un poco, de arriba hacia abajo
encuentras: 3ro y 4to de secundaria, primer y segundo año de universidad, 5to
de secundaria y primer año de universidad.
– Por favor ignorar mis caras de mensa de
algunas fotos, en esa época todavía usábamos cámaras analógicas y no podíamos
borrar las fotos que no nos gustaban: la que salía, era. –
Y así he pasado de pelo larguísimo a corto, a
raya al medio a la derecha, cerquillo, a dos portes a todo recto. He tenido el
pelo negro, negro azulado, negro rojizo, marrón con iluminación, rayitos. Me
hice balayage y lo pinté azul, que pasó por turquesa y terminó en rubio decolorado.
Me encanta ponerme los tintes yo misma. La
semana pasada me tocó pintarme de nuevo y escogí un castaño porque n o había
chocolate. Así que me compré mi cajita hermosa y decidí pintarme en la casa
antes de salir. Para mí es todo un trámite, acomodo las cosas que voy a usar,
me quito los aretes, me pongo un polo de pijama que puedo ensuciar, me pongo
cremita en las orejas y el borde de la cara para que no se tiña y empiezo.
Siempre leo las instrucciones, no vaya a ser
que haya cambiado en tres meses. Esta vez, me distraje y me olvidé que tenía
que destapar primero el pote de crema antes de sacarle la tapita, lo delicioso
fue destaparla con la boca y que entre un chorro del asqueroso sabor del tinte
a la boca.
Mezclé todo y empecé a colocar en las raíces.
Luego lo dejé el tiempo que salía en el papel y me coloqué el resto en el resto
del pelo.
Y lo dejé el resto del tiempo que debía
dejarlo. Lo que más me gusta es saber que lo hice yo y que quedó bien y si no
lo hizo pues no me importa. Me encanta terminar y revisar todo lo que he
ensuciado y limpiarlo antes de que se manche por siempre. Me encanta esperar
con el gancho en la cabeza y poner el tiempo en el celular para que no se
exceda. Me encanta meterme a la ducha y ver como sale el tinte con el shampoo y
el recondicionador. – No se si deba hacer eso o no, pero no me importa. –
Pero lo que más me encanta es el olor a tinte
que dura unos días.
Lo sé, buenas noches me llamo Bela y soy adicta al olor
del tinte.
Lamentablemente, solo me pinto dos o máximo tres veces al año.
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