¡Buenos
días! Espero estén todos bien. Les cuento que yo no mucho. No me he estado
sintiendo muy bien físicamente desde que llegué. Al comienzo, pensé que era el estrés
de todo el viaje y no saber si llegaríamos o no. Pero ya han pasado varios días
y no he mejorado mucho.
Siento
mucho cansancio, dolor de cabeza, a veces mareo, (tengo tos y estornudos desde
mayo del año pasado, el Doc dijo que era alérgico, por la estación jajajaja yo
creo que es emotivo, ya que desde ahí no me sentía bien emocionalmente y, creo
que ya hemos creado un vínculo muy especial, por lo que la maldita no se quiere
ir).
Muchos
saben, que mi tos, no es una tos cualquiera, me hacían salir de la clase porque
distraía a mis compañeros, es la comúnmente llamada tos de perro. No entendía
porque la llamaban así, hasta que Ruffus, que en paz descanse, se resfrió y lo entendí
muy bien. Es sexy sensual jajajaja por eso no fumo, porque cuando me río sale
esta tos hermosa que atrae a miles de hombres jajaajaj. Estoy jodida. Es mi
toque especial.
Antes
de ayer me vino la regla y muchos de mis malestares han bajado full, quizás eso
tenía que ver. Hace un año y medio, estuve muy mal de los riñones por culpa de
unos bellos cálculos. Miguelito y sus hermanos, obstruyeron mi uréter y bueno,
estuve con una infección de la refurinfunflay. Así que decidí hacerme análisis de
orina y, aparentemente, si tengo una infección asintomática, de nuevo, pero
debo esperar una semana y hacerla de nuevo a ver si sale lo mismo.

Pero…
¡ya estamos en casa! ¡Los 9! ¡Llegamos al fin! Si… en mi bello departamento de
100 m2 somos 2 personas: 32 y 10 años. Y 7 mascotas: 6 gatos y un conejo
jajaja. Al conejo le vale madres todos, el sale y juega y regresa y es feliz,
para él, los gatos son peluches en el camino. Para ellos, él es un gato muy
raro y ni lo miran. Pero con la nueva gata todavía hay roces, pero ella domina
nuestra cama y limita al resto a la sala, comedor, salita y cuarto de MP. Aunque
viéndolo así, la limitada es ella jajaja. Por lo menos, ya no hay tantos “jjjjjjj”
en todos los tonos y sentidos, ya se huelen un poco más, Tiza ya sale a comer a
la misma zona que ellos, y cuando todos tratan de olerla mientras come, se
lleva su plato bajo el sillón y come tranquila.
Bueno,
todo empezó así. Era martes y salió el Ministro Morán a decir que teníamos tres
días para regresar a nuestras casas, todos los que nos habíamos quedado fuera
de nuestras ciudades. Los “más pendejos”, arreglaron sus cosas esa misma noche
y partieron, llegaron el miércoles de corrido sin ningún problema. Los “un
poquito menos pendejos” arreglaron sus cosas el miércoles y partieron el jueves
de corrido y llegaron a Arequipa sin problemas. Sabemos de ellos porque son
conocidos. Y no digo pendejos en el mal sentido de la palabra, sino en el
mejor. Fueron súper inteligentes y la hicieron regio. Pero los Puyó no somos
pendejos, por lo menos no en ese sentido jajaja, nosotros nos tomamos nuestro
tiempo.
El
miércoles arreglamos nuestras cosas todo el día mientras hacíamos tareas.
Terminé con la espalda matadasa por todo lo que empaque de Mana. Qué increíble
la cantidad de cosas que tenía la loca en un mini depa, felizmente ella guarda
las cajas de todo, así que todo lo pudimos poner en sus respectivas cajas.

El
jueves, a las 6 am., llegaron mis papás al depa y cargamos mil cajas y huevadas
de mi hermana, porque claro, los Puyó viajan en dos carros y carreta. Peleamos
con los gatos, los drogamos y los metimos en sus kennels. Para esto, mi hermana
tiene dos gatos ninjas que caminan por las paredes, uno de ellos se estampó 4
veces contra el vidrio y me arañaron todo lo arañable. Pero los 5 estaban en el
carro y yo lloraba por mis heriditas que ardían. Explico el tema, tengo alergia
a los gatos, y es controlable, pero cuando me arañan se inflama y tengo rutas
interprovinciales en mis brazos. Saliendo de Lima, nos pararon en Pucusana y se
conversó bien lindi con los polis y nos dejaron pasar. Llegamos a Nazca sin
mayor problema.
Nos
prestaron unas habitaciones en una casa vacía de unos amigos de mis papás, pero
no había nada en qué cocinar. Así que cenamos cereal y algunas otras cosas que
teníamos. Dormimos buenaso, los gatos estaban felices en ese sitio, en el
cuarto no hacía calor, así que ellos estaban relajados. Fue un lindo descanso,
sobretodo porque esta casa tiene un jardín hermoso con juegos y después de un
mes metidas en un depa, MP y yo jugamos sapo, pingpong y dardos. Nos reímos
full, pero ya estaba oscuro y nos dio algo de miedo, porque sonaban cosas entre
las ramas y de hecho eran ratas, entonces salimos corriendo al cuarto. Vimos un
poco de tele y a la cama, hasta las 4 am que nos despertó mi papá.

Ya
teníamos todo listo, era viernes, el problema: los gatos. Esta vez mi mamá
estaba, así que me ayudó con una toalla a agarrarlos, los pepeaba yo y al
kennel. Igual correteamos a los gatos ninja, pero todo fue más rápido y fácil.
Salimos más tarde de lo que mi papá quería. Somos tardonas pues, y tenemos mil
cosas, ¡qué podemos hacer! Llegamos a Yauca y nos pidieron el permiso del
carro, y nosotros “¿qué?”. Pues al día siguiente que salió Morán, salió el
Ministro de Defensa diciendo que no se podía hacer las cosas así y que ellos
transportarían a todas las personas en aviones o buses, pero que llegando a
Arequipa ellos escogían donde hacían cuarentena, los pendejos habían escogido
Casa Andina cobrando 500 soles diarios. Como si en este momento tuviéramos esta
cantidad de plata para hacer cuarentena, además, ¿qué pasaría con los gatos? Pobre
la gente que tuvo que acatar estas reglas. Y dijo que los que iban en carro propio tenían
que tener un permiso. “ok, Sr. Policía, ¿qué solución nos da, esta orden se dio
cuando ya estábamos en camino?” El dijo, tramítenlo en Nazca. Ok, regresamos
hora y cuarenta a la comisaría en Nazca donde el encargado dijo que él no sabía
que estábamos pidiendo, que no había nada funcionando ahí, ni siquiera Essalud,
que no sabía qué tramite ni en donde teníamos que hacerlo. Yo sapasa, intenté
entrar a la pagina desde mi compu y decía “no hay más permisos”. Entramos en
crisis. Mi mamá quería regresar a Lima. Mi papá y yo no queríamos. Nos peleamos
todos, nadie sabía qué hacer, mi mamá compró helados para relajarnos y seguimos
el consejo del policía de la comisaría. “Regresen a Yauca y peleen” y eso
hicimos.

Llegamos
a las 11 am de regreso a Yauca y nos dijeron “esperen un rato” y eso hicimos.
Solo puedo decir que mis sobrijos gatunos y mi hija se portaron como unos
reyes. A ver, si no conocen el peaje de Yauca, les cuento que hay: nada. Tierra
a ambos lados y corrientes de aire transportando la bendita tierra/arena hacia
el otro lado. Hay tanto viento que las puertas del carro se cierran solas. Preparamos
pancitos a golpe de 2 pm, debo admitir que mi segundo pan estaba con arena, por
un momento recordé los campamentos que hacíamos de pequeños, parecía sal. MP
estaba indignada de que estuviera comiendo así. Hemos esperado tanto, que si
hubiera tenido mi parrilla de campamento hubiéramos podido hacer las
salchichitas que teníamos en el cooler. Pero esperamos, esperamos y esperamos.

Estuvimos
hasta las 6 pm parados en ese sitio como imbéciles. Porque así nos trataron. Mi
mamá entró en crisis por la frustración de que nos trataran como si fuéramos cualquier
cosa y no seres humanos. No soy de desearle mal a nadie pero ojalá este policía
reciba lo que merece por ser tan huevón. A golpe de 4 pm, hubo cambio de turno,
el nuevo jefe no entendía por qué habíamos estado ahí tantas horas, llamo al
anterior y le gritó, nos pidió que esperemos. Mi papa daba vueltas por donde
estaban los policías y conversaba. MP y yo jugábamos Uno de Harry Potter.
Y
es así, como mi papá se enteró que habían dateado que habían 50 carros saliendo
de Lima tempranaso para llegar a Aqp, y que habían hecho unas carpas para
detenerlos y hacerles tests del COVID19 y llevarlos a estos hoteles carísimos
escogidos por ellos y que cada carro iba al depósito, 5 mil soles sacarlo de
ahí. Ahora, para esto, nosotros hemos cumplido con nuestra cuarentena, teníamos
el permiso que pedía la Región y teníamos certificados médicos explicando que
no teníamos ningún síntoma relacionado a esta enfermedad. Entramos en pánico.
El
encargado recibió una llamada (de una persona súper conocida en Perú, la cual
no voy a mencionar y después de una carajeada) y nos dejaron partir a las 6 pm.
Y salimos disparados, pensamos en ese momento ir a Mejía y ya no Aqp. Entonces
llegamos a Camaná y llamamos a los que vimos pasar caleta tras un camión y que
nadie les pidió documentos, sabíamos que ellos irían a Mejia. Eran las 12 pm.
Nos contestaron y dijeron que no, que ahí también había militares y que
lograron que no los agarren pero que regresaron a Camaná, que tenían casa y que
dormirían ahí.

Entonces,
llamamos a la amiga de una amiga, que su casa es un hostal y que está
deshabitado, porque necesitábamos donde dormir con los gatos. Nos alojó súper
bien todo el fin de semana. Pudimos hacer tareas, bañarnos, que los gatos estén
sueltos. Reponernos al estrés y esperar a ver qué hacíamos después. La verdad
que la señora se pasó de buena gente. Estuvimos averiguando y el lunes ya no
esperaban a nadie. Así que 4 am, nos subimos al carro, ahora sin pastillas para
los gatos y MP, la cual vomitó todo el camino de regreso y pudimos llegar de
frente a nuestra casa. Felizmente, no había nadie, nadie nos paró, nadie se metió
con nosotros.
Nos
dejaron con las 850mil cosas de Mana y se fueron ellos a la suya. Y eso que
cuando cargamos el carro en Lima, ya no entraban más cosas, por lo que solo
entró lo importante. Mi mamá va a tener que regresar a arreglar lo que queda y
traerlo. Dos días después, logramos que nos traigan a Tiza a casa.
Y, por fin estuvimos todos juntos. Lo que más
me sorprende, es que en toda esta situación, MP estuvo calmada, ella no sintió
el maltrato, no sintió que algo estuviera mal. Cuando le pregunté, me dijo “mamá,
es lo que nos tocó pasar”. Todos estábamos jodidos de miedo y ella tranquila
porque estaba con nosotros y confiaba en que todo saldría bien y que tomaríamos
las mejores decisiones.
Por
otro lado, no creo que jamás hayan tratado así a mi mamá en su vida, que siendo
ahora una señora y, ya en la edad de peligro de la enfermedad, la mantuvieran
horas en un descampado, que no la respetaran como persona, que valoraran más el
papel higiénico que a ella. Y es que en realidad así nos trataron. Pero, nadie
suele tratar así a mi mamá. Ella es una mujer increíble y siempre se gana el
cariño y respeto de los demás, porque es una persona íntegra.
Mi
papá estaba más preocupado por resolver el tema y sacarnos de ahí como jefe de
familia, que en ver cómo nos trataban o si el policía era buena gente o no. En
estas situaciones mi papá se rebaja al nivel que sea y se vuelve su pata, les
mete letra y consigue las cosas como se necesita en ese momento. Él es un
fixer, él arregla la situación y sale del tema. No lo toma personal.
Y
yo, pues, en realidad no estoy segura, podría ser un comodín. Creo que estoy
acostumbrada a los viajes con mis papás y que las cosas nunca salen como estaban
programadas, pero si tengo que comer alguna huevada o no comer, pues
caballeros, se hace; si tengo que usar un baño en cualquier lugar, pues se usa;
creo que me han entrenado bien para aguantar y asimilarlo como va viniendo. Y no
sentirme mal al respecto. Estoy acostumbrada a los viajes con mis papás, y sé,
que a dónde van los Puyó, nada sale como debería. Y así todo, dicen “viaje en
carro” y yo me trepo sí o sí.