Esta
cuarentena en Lima, me ha hecho pensar mucho, en muchos temas. Uno de los temas
que he podido cerrar o entender, es el de uno de mis mejores amigos.
Retrocedamos
un poco, a hace unos 12 años. Yo tenía mil amigos hombres y solo unas 3 amigas
mujeres, y salíamos a tomar siempre. Era con una o dos de esas amigas y
cambiábamos de grupo de hombres, de acuerdo al grupo que deseábamos ver ese
día. No te miento, salíamos de lunes a sábado. En esa época era hermoso, se
podía tomar en la calle, entonces íbamos a miradores, plazas, grifos y la
pasábamos bacán.
Para
cuando quedé embarazada, la mayoría de estos amigos salieron volando porque
ellos seguían tomando, y yo, ya no podía salir. (Por lo menos no al comienzo y
cuando empecé a salir, no tomaba, entonces era aburrida para ellos), y gané mil
amigas mujeres. Está bien, fue algo genial. Tener más amigas mujeres me ha
enseñado un montón.
En
ese momento, quedaron algunos amigos, los cuales adoro hasta el día de hoy. Pero
extrañamente, la mayoría son amigos “caletas”. No sé si es porque no quieren
que la gente sepa que somos amigos, porque prefieren no tener problemas con las
parejas actuales, porque quizás no me llevo con las parejas, hasta algunos han
dicho que es porque las parejas se sienten amenazadas por mí. No es por hacerme
la rica ni nada, simplemente no lo entiendo. Quizás no es por mí, y por como
soy, sino porque somos muy diferentes, y cuando realmente me conocen, me llevo súper
bien con ellas. Creo que entienden que no soy una amenaza, porque no estoy
interesada en sus parejas como “hombres” sino como “patas”. Pero muchas, no me
dan chance de conocerme, solo prefieren odiarme. Pero bueno, eso está en ellas.
Entre
esos amigos, hay uno especial. Hay uno que considera que somos amigos-amigos
jajaja y, no es verdad, mi trato con él siempre fue diferente porque me gustaba
y, en diversos momentos de mi vida, me hubiera gustado estar con él, pero al
ver como él me trataba como amiga, pues entendí que solo seríamos eso. Pero mi
trato era diferente, había más cariño, comprensión, apoyo, atención, detalles,
en general diferente. Con mis amigos soy más “alpinchista”: te enseño donde
están las cosas y te sirves solo; la refri la abres y te sirves; si ensuciaste,
lo limpias; si rompiste, lo repones; etc. Pero con él era diferente.
Y
así han pasado los años. Desde que terminé con el papá de mi hija, estuve sola
7 años y medio. En todo ese tiempo, yo lo veía entrar y salir de relaciones de
un mes o más, hacíamos citas dobles y todo era genial y tranquilo. No habían
celos, ni problemas, todo tranquilo, cada uno hacía su vida pero, en la parte
emocional, de dependencia, de pareja, la teníamos uno con el otro, y hablábamos
todos los días. Hasta ese momento, todo funcionaba.
Hasta
hace un par de meses, donde decide llamarme borracho y decirme que siempre
estuvo enamorado de mi, pero que sabe que es un idiota que malograría la relación
y que no me quiere perder. Me habló de tantas cosas que vivimos y como lo veía
él, que me hizo querer ir a su casa. Yo me di cuenta que estaba mal, pero pensé
que era un ataque de depresión, no me di cuenta que estaba ebriaso al mango.
Todo
el camino a su casa, seguimos conversando del pasado, hasta que llego a su casa
y le pido que baje. Me dice que está tan mal que no puede bajar las gradas, por
lo que las subo yo. Estuvimos una hora hablando. Hasta que dijo “porque si estamos
y las cago, te vas; si seguimos como amigos, aguantas todo”. Le di un beso, un
último beso, abrí la puerta de la reja y salí de su casa.
Y
ahí me di cuenta, que la que está mal soy yo. ¿De verdad le aguanto todo? Sí.
Le he aguantado tener que llamar a sus fulanas para pedirles que lo dejen en
paz, he tenido que llamarlo para “recordarle el desayuno familiar” para que se
fuera la que estaba en su casa, he tenido que mentir por él, ayudarlo en sus
depresiones, ayudarlo a salir de sus rupturas con las chicas de las que “se
templaba”, he tenido que esconderme para verme con él, he tenido que soportar
que deje de hablarme años por la chica con la que estaba en ese momento, he
tenido que soportar que me llamen sus locas a putearme, he tenido, he tenido,
he tenido. La lista continúa. Y en todos los momentos recontra jodidos en mi
vida, él no ha estado, quizás porque así debía ser. Sé que llamarlo para
pedirle ayuda es una tinka, a veces me liga y a veces no.
Solo
sé que ya no puedo seguir así, no puedo seguir siendo su estabilidad emocional,
él tiene que conseguirlo solo, él tiene que trabajar en él, en sus demonios
internos, como todos estamos haciendo, o por lo menos yo. Porque yo necesito
estar bien por mí, por mi hija y mis 40 mascotas jajajaja ok, 7. Porque yo
tampoco estoy bien como para ayudar a otros, quizás porque lo he ayudado tantas
veces que esta vez, él, tiene que salir solo.
Así
que, querido amigo: Te quiero mucho, pero esto no puede seguir así. Un abrazo
enorme. Y, espero de todo corazón, que recapacites y empieces a trabajar en ti,
porque de otra forma, te quedarás solo. Y después de todo lo que hemos vivido,
mereces ser feliz.
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