martes, 28 de abril de 2020

Amigo, mi querido amigo:


Esta cuarentena en Lima, me ha hecho pensar mucho, en muchos temas. Uno de los temas que he podido cerrar o entender, es el de uno de mis mejores amigos.


Retrocedamos un poco, a hace unos 12 años. Yo tenía mil amigos hombres y solo unas 3 amigas mujeres, y salíamos a tomar siempre. Era con una o dos de esas amigas y cambiábamos de grupo de hombres, de acuerdo al grupo que deseábamos ver ese día. No te miento, salíamos de lunes a sábado. En esa época era hermoso, se podía tomar en la calle, entonces íbamos a miradores, plazas, grifos y la pasábamos bacán.



Para cuando quedé embarazada, la mayoría de estos amigos salieron volando porque ellos seguían tomando, y yo, ya no podía salir. (Por lo menos no al comienzo y cuando empecé a salir, no tomaba, entonces era aburrida para ellos), y gané mil amigas mujeres. Está bien, fue algo genial. Tener más amigas mujeres me ha enseñado un montón.

En ese momento, quedaron algunos amigos, los cuales adoro hasta el día de hoy. Pero extrañamente, la mayoría son amigos “caletas”. No sé si es porque no quieren que la gente sepa que somos amigos, porque prefieren no tener problemas con las parejas actuales, porque quizás no me llevo con las parejas, hasta algunos han dicho que es porque las parejas se sienten amenazadas por mí. No es por hacerme la rica ni nada, simplemente no lo entiendo. Quizás no es por mí, y por como soy, sino porque somos muy diferentes, y cuando realmente me conocen, me llevo súper bien con ellas. Creo que entienden que no soy una amenaza, porque no estoy interesada en sus parejas como “hombres” sino como “patas”. Pero muchas, no me dan chance de conocerme, solo prefieren odiarme. Pero bueno, eso está en ellas.



Entre esos amigos, hay uno especial. Hay uno que considera que somos amigos-amigos jajaja y, no es verdad, mi trato con él siempre fue diferente porque me gustaba y, en diversos momentos de mi vida, me hubiera gustado estar con él, pero al ver como él me trataba como amiga, pues entendí que solo seríamos eso. Pero mi trato era diferente, había más cariño, comprensión, apoyo, atención, detalles, en general diferente. Con mis amigos soy más “alpinchista”: te enseño donde están las cosas y te sirves solo; la refri la abres y te sirves; si ensuciaste, lo limpias; si rompiste, lo repones; etc. Pero con él era diferente.



Y así han pasado los años. Desde que terminé con el papá de mi hija, estuve sola 7 años y medio. En todo ese tiempo, yo lo veía entrar y salir de relaciones de un mes o más, hacíamos citas dobles y todo era genial y tranquilo. No habían celos, ni problemas, todo tranquilo, cada uno hacía su vida pero, en la parte emocional, de dependencia, de pareja, la teníamos uno con el otro, y hablábamos todos los días. Hasta ese momento, todo funcionaba.



Hasta hace un par de meses, donde decide llamarme borracho y decirme que siempre estuvo enamorado de mi, pero que sabe que es un idiota que malograría la relación y que no me quiere perder. Me habló de tantas cosas que vivimos y como lo veía él, que me hizo querer ir a su casa. Yo me di cuenta que estaba mal, pero pensé que era un ataque de depresión, no me di cuenta que estaba ebriaso al mango.



Todo el camino a su casa, seguimos conversando del pasado, hasta que llego a su casa y le pido que baje. Me dice que está tan mal que no puede bajar las gradas, por lo que las subo yo. Estuvimos una hora hablando. Hasta que dijo “porque si estamos y las cago, te vas; si seguimos como amigos, aguantas todo”. Le di un beso, un último beso, abrí la puerta de la reja y salí de su casa.



Y ahí me di cuenta, que la que está mal soy yo. ¿De verdad le aguanto todo? Sí. Le he aguantado tener que llamar a sus fulanas para pedirles que lo dejen en paz, he tenido que llamarlo para “recordarle el desayuno familiar” para que se fuera la que estaba en su casa, he tenido que mentir por él, ayudarlo en sus depresiones, ayudarlo a salir de sus rupturas con las chicas de las que “se templaba”, he tenido que esconderme para verme con él, he tenido que soportar que deje de hablarme años por la chica con la que estaba en ese momento, he tenido que soportar que me llamen sus locas a putearme, he tenido, he tenido, he tenido. La lista continúa. Y en todos los momentos recontra jodidos en mi vida, él no ha estado, quizás porque así debía ser. Sé que llamarlo para pedirle ayuda es una tinka, a veces me liga y a veces no.



Solo sé que ya no puedo seguir así, no puedo seguir siendo su estabilidad emocional, él tiene que conseguirlo solo, él tiene que trabajar en él, en sus demonios internos, como todos estamos haciendo, o por lo menos yo. Porque yo necesito estar bien por mí, por mi hija y mis 40 mascotas jajajaja ok, 7. Porque yo tampoco estoy bien como para ayudar a otros, quizás porque lo he ayudado tantas veces que esta vez, él, tiene que salir solo.



Así que, querido amigo: Te quiero mucho, pero esto no puede seguir así. Un abrazo enorme. Y, espero de todo corazón, que recapacites y empieces a trabajar en ti, porque de otra forma, te quedarás solo. Y después de todo lo que hemos vivido, mereces ser feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario