domingo, 26 de abril de 2020

De regreso a casa...


¡Buenos días! Espero estén todos bien. Les cuento que yo no mucho. No me he estado sintiendo muy bien físicamente desde que llegué. Al comienzo, pensé que era el estrés de todo el viaje y no saber si llegaríamos o no. Pero ya han pasado varios días y no he mejorado mucho.


Siento mucho cansancio, dolor de cabeza, a veces mareo, (tengo tos y estornudos desde mayo del año pasado, el Doc dijo que era alérgico, por la estación jajajaja yo creo que es emotivo, ya que desde ahí no me sentía bien emocionalmente y, creo que ya hemos creado un vínculo muy especial, por lo que la maldita no se quiere ir).

Muchos saben, que mi tos, no es una tos cualquiera, me hacían salir de la clase porque distraía a mis compañeros, es la comúnmente llamada tos de perro. No entendía porque la llamaban así, hasta que Ruffus, que en paz descanse, se resfrió y lo entendí muy bien. Es sexy sensual jajajaja por eso no fumo, porque cuando me río sale esta tos hermosa que atrae a miles de hombres jajaajaj. Estoy jodida. Es mi toque especial.


Antes de ayer me vino la regla y muchos de mis malestares han bajado full, quizás eso tenía que ver. Hace un año y medio, estuve muy mal de los riñones por culpa de unos bellos cálculos. Miguelito y sus hermanos, obstruyeron mi uréter y bueno, estuve con una infección de la refurinfunflay. Así que decidí hacerme análisis de orina y, aparentemente, si tengo una infección asintomática, de nuevo, pero debo esperar una semana y hacerla de nuevo a ver si sale lo mismo.


Pero… ¡ya estamos en casa! ¡Los 9! ¡Llegamos al fin! Si… en mi bello departamento de 100 m2 somos 2 personas: 32 y 10 años. Y 7 mascotas: 6 gatos y un conejo jajaja. Al conejo le vale madres todos, el sale y juega y regresa y es feliz, para él, los gatos son peluches en el camino. Para ellos, él es un gato muy raro y ni lo miran. Pero con la nueva gata todavía hay roces, pero ella domina nuestra cama y limita al resto a la sala, comedor, salita y cuarto de MP. Aunque viéndolo así, la limitada es ella jajaja. Por lo menos, ya no hay tantos “jjjjjjj” en todos los tonos y sentidos, ya se huelen un poco más, Tiza ya sale a comer a la misma zona que ellos, y cuando todos tratan de olerla mientras come, se lleva su plato bajo el sillón y come tranquila.

Bueno, todo empezó así. Era martes y salió el Ministro Morán a decir que teníamos tres días para regresar a nuestras casas, todos los que nos habíamos quedado fuera de nuestras ciudades. Los “más pendejos”, arreglaron sus cosas esa misma noche y partieron, llegaron el miércoles de corrido sin ningún problema. Los “un poquito menos pendejos” arreglaron sus cosas el miércoles y partieron el jueves de corrido y llegaron a Arequipa sin problemas. Sabemos de ellos porque son conocidos. Y no digo pendejos en el mal sentido de la palabra, sino en el mejor. Fueron súper inteligentes y la hicieron regio. Pero los Puyó no somos pendejos, por lo menos no en ese sentido jajaja, nosotros nos tomamos nuestro tiempo.

El miércoles arreglamos nuestras cosas todo el día mientras hacíamos tareas. Terminé con la espalda matadasa por todo lo que empaque de Mana. Qué increíble la cantidad de cosas que tenía la loca en un mini depa, felizmente ella guarda las cajas de todo, así que todo lo pudimos poner en sus respectivas cajas.



El jueves, a las 6 am., llegaron mis papás al depa y cargamos mil cajas y huevadas de mi hermana, porque claro, los Puyó viajan en dos carros y carreta. Peleamos con los gatos, los drogamos y los metimos en sus kennels. Para esto, mi hermana tiene dos gatos ninjas que caminan por las paredes, uno de ellos se estampó 4 veces contra el vidrio y me arañaron todo lo arañable. Pero los 5 estaban en el carro y yo lloraba por mis heriditas que ardían. Explico el tema, tengo alergia a los gatos, y es controlable, pero cuando me arañan se inflama y tengo rutas interprovinciales en mis brazos. Saliendo de Lima, nos pararon en Pucusana y se conversó bien lindi con los polis y nos dejaron pasar. Llegamos a Nazca sin mayor problema.

Nos prestaron unas habitaciones en una casa vacía de unos amigos de mis papás, pero no había nada en qué cocinar. Así que cenamos cereal y algunas otras cosas que teníamos. Dormimos buenaso, los gatos estaban felices en ese sitio, en el cuarto no hacía calor, así que ellos estaban relajados. Fue un lindo descanso, sobretodo porque esta casa tiene un jardín hermoso con juegos y después de un mes metidas en un depa, MP y yo jugamos sapo, pingpong y dardos. Nos reímos full, pero ya estaba oscuro y nos dio algo de miedo, porque sonaban cosas entre las ramas y de hecho eran ratas, entonces salimos corriendo al cuarto. Vimos un poco de tele y a la cama, hasta las 4 am que nos despertó mi papá.


Ya teníamos todo listo, era viernes, el problema: los gatos. Esta vez mi mamá estaba, así que me ayudó con una toalla a agarrarlos, los pepeaba yo y al kennel. Igual correteamos a los gatos ninja, pero todo fue más rápido y fácil. Salimos más tarde de lo que mi papá quería. Somos tardonas pues, y tenemos mil cosas, ¡qué podemos hacer! Llegamos a Yauca y nos pidieron el permiso del carro, y nosotros “¿qué?”. Pues al día siguiente que salió Morán, salió el Ministro de Defensa diciendo que no se podía hacer las cosas así y que ellos transportarían a todas las personas en aviones o buses, pero que llegando a Arequipa ellos escogían donde hacían cuarentena, los pendejos habían escogido Casa Andina cobrando 500 soles diarios. Como si en este momento tuviéramos esta cantidad de plata para hacer cuarentena, además, ¿qué pasaría con los gatos? Pobre la gente que tuvo que acatar estas reglas.  Y dijo que los que iban en carro propio tenían que tener un permiso. “ok, Sr. Policía, ¿qué solución nos da, esta orden se dio cuando ya estábamos en camino?” El dijo, tramítenlo en Nazca. Ok, regresamos hora y cuarenta a la comisaría en Nazca donde el encargado dijo que él no sabía que estábamos pidiendo, que no había nada funcionando ahí, ni siquiera Essalud, que no sabía qué tramite ni en donde teníamos que hacerlo. Yo sapasa, intenté entrar a la pagina desde mi compu y decía “no hay más permisos”. Entramos en crisis. Mi mamá quería regresar a Lima. Mi papá y yo no queríamos. Nos peleamos todos, nadie sabía qué hacer, mi mamá compró helados para relajarnos y seguimos el consejo del policía de la comisaría. “Regresen a Yauca y peleen” y eso hicimos.


Llegamos a las 11 am de regreso a Yauca y nos dijeron “esperen un rato” y eso hicimos. Solo puedo decir que mis sobrijos gatunos y mi hija se portaron como unos reyes. A ver, si no conocen el peaje de Yauca, les cuento que hay: nada. Tierra a ambos lados y corrientes de aire transportando la bendita tierra/arena hacia el otro lado. Hay tanto viento que las puertas del carro se cierran solas. Preparamos pancitos a golpe de 2 pm, debo admitir que mi segundo pan estaba con arena, por un momento recordé los campamentos que hacíamos de pequeños, parecía sal. MP estaba indignada de que estuviera comiendo así. Hemos esperado tanto, que si hubiera tenido mi parrilla de campamento hubiéramos podido hacer las salchichitas que teníamos en el cooler. Pero esperamos, esperamos y esperamos.


Estuvimos hasta las 6 pm parados en ese sitio como imbéciles. Porque así nos trataron. Mi mamá entró en crisis por la frustración de que nos trataran como si fuéramos cualquier cosa y no seres humanos. No soy de desearle mal a nadie pero ojalá este policía reciba lo que merece por ser tan huevón. A golpe de 4 pm, hubo cambio de turno, el nuevo jefe no entendía por qué habíamos estado ahí tantas horas, llamo al anterior y le gritó, nos pidió que esperemos. Mi papa daba vueltas por donde estaban los policías y conversaba. MP y yo jugábamos Uno de Harry Potter.
Y es así, como mi papá se enteró que habían dateado que habían 50 carros saliendo de Lima tempranaso para llegar a Aqp, y que habían hecho unas carpas para detenerlos y hacerles tests del COVID19 y llevarlos a estos hoteles carísimos escogidos por ellos y que cada carro iba al depósito, 5 mil soles sacarlo de ahí. Ahora, para esto, nosotros hemos cumplido con nuestra cuarentena, teníamos el permiso que pedía la Región y teníamos certificados médicos explicando que no teníamos ningún síntoma relacionado a esta enfermedad. Entramos en pánico.

El encargado recibió una llamada (de una persona súper conocida en Perú, la cual no voy a mencionar y después de una carajeada) y nos dejaron partir a las 6 pm. Y salimos disparados, pensamos en ese momento ir a Mejía y ya no Aqp. Entonces llegamos a Camaná y llamamos a los que vimos pasar caleta tras un camión y que nadie les pidió documentos, sabíamos que ellos irían a Mejia. Eran las 12 pm. Nos contestaron y dijeron que no, que ahí también había militares y que lograron que no los agarren pero que regresaron a Camaná, que tenían casa y que dormirían ahí.



Entonces, llamamos a la amiga de una amiga, que su casa es un hostal y que está deshabitado, porque necesitábamos donde dormir con los gatos. Nos alojó súper bien todo el fin de semana. Pudimos hacer tareas, bañarnos, que los gatos estén sueltos. Reponernos al estrés y esperar a ver qué hacíamos después. La verdad que la señora se pasó de buena gente. Estuvimos averiguando y el lunes ya no esperaban a nadie. Así que 4 am, nos subimos al carro, ahora sin pastillas para los gatos y MP, la cual vomitó todo el camino de regreso y pudimos llegar de frente a nuestra casa. Felizmente, no había nadie, nadie nos paró, nadie se metió con nosotros.


Nos dejaron con las 850mil cosas de Mana y se fueron ellos a la suya. Y eso que cuando cargamos el carro en Lima, ya no entraban más cosas, por lo que solo entró lo importante. Mi mamá va a tener que regresar a arreglar lo que queda y traerlo. Dos días después, logramos que nos traigan a Tiza a casa.

 Y, por fin estuvimos todos juntos. Lo que más me sorprende, es que en toda esta situación, MP estuvo calmada, ella no sintió el maltrato, no sintió que algo estuviera mal. Cuando le pregunté, me dijo “mamá, es lo que nos tocó pasar”. Todos estábamos jodidos de miedo y ella tranquila porque estaba con nosotros y confiaba en que todo saldría bien y que tomaríamos las mejores decisiones.



Por otro lado, no creo que jamás hayan tratado así a mi mamá en su vida, que siendo ahora una señora y, ya en la edad de peligro de la enfermedad, la mantuvieran horas en un descampado, que no la respetaran como persona, que valoraran más el papel higiénico que a ella. Y es que en realidad así nos trataron. Pero, nadie suele tratar así a mi mamá. Ella es una mujer increíble y siempre se gana el cariño y respeto de los demás, porque es una persona íntegra.

Mi papá estaba más preocupado por resolver el tema y sacarnos de ahí como jefe de familia, que en ver cómo nos trataban o si el policía era buena gente o no. En estas situaciones mi papá se rebaja al nivel que sea y se vuelve su pata, les mete letra y consigue las cosas como se necesita en ese momento. Él es un fixer, él arregla la situación y sale del tema. No lo toma personal.


Y yo, pues, en realidad no estoy segura, podría ser un comodín. Creo que estoy acostumbrada a los viajes con mis papás y que las cosas nunca salen como estaban programadas, pero si tengo que comer alguna huevada o no comer, pues caballeros, se hace; si tengo que usar un baño en cualquier lugar, pues se usa; creo que me han entrenado bien para aguantar y asimilarlo como va viniendo. Y no sentirme mal al respecto. Estoy acostumbrada a los viajes con mis papás, y sé, que a dónde van los Puyó, nada sale como debería. Y así todo, dicen “viaje en carro” y yo me trepo sí o sí.

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